Claudio “Pocho” Lepratti: El ángel que tiraron de su bicicleta y fue inmortalizado por León Gieco

La historia detrás de la famosa canción de León Gieto llamada “El Ángel de la bicicleta”, se remonta a la crisis del 2001. El 19 de diciembre de ese año, dos policías abatieron a un joven de 35 años en el techo del comedor de una escuela. Ellos aseguraron que les había disparado primero, pero luego se supo que no fue así.

Una de las épocas más oscuras de las últimas décadas de nuestro país fue sin duda la crisis de 2001, que marcó un antes y un después para todos los que la vivieron, más aquellos que estuvieron presentes más de cerca. Fueron días caóticos, extraños, revoltosos y, en muchos casos, tristes.

En sólo dos días -19 y 20 de diciembre- 39 personas fallecieron y varias sufrieron lesiones. Entre loa lamentable muerte de estas personas, se destacaba la historia de Claudio “Pocho” Lepratti, también conocido como “el ángel de la bicicleta”, a quien luego León Gieco le compuso una canción inmortalizándolo en la historia de nuestro país.

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“Pocho” Lepratti y una vida al servicio

El joven de 35 años que perdió la vida a manos de policías nació en Uruguay, y se mudó a Santa Fe para estudiar derecho. Desde su adolescencia trabajó en barrios carenciados y aunque en un principio pensó en ser sacerdote, luego dejó el seminario para dedicarse a la contención social, aunque siempre conservando su religiosidad.

Un hito muy importante en su vida fue la creación de la revista “El Ángel de Lata”. Además dio clases de guitarra y trabajó con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Los que lo conocieron lo describen como un líder particular, de esos que empujan hasta que algo está en funcionamiento para luego ceder el lugar a otro y comenzar un nuevo proyecto.

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La muerte del ángel

Fue durante el caluroso miércoles 19 de diciembre de 2001 en Rosario, cuando una bala ahogó su grito. La munición de la Itaka atravesó la garganta del muchacho que murió en ese instante y su cuerpo rodó desde el techo al infinito.

Cuentan los testigos que se escucharon disparos en el fondo de la escuela Nº 756 «Lisandro de la Torre» del barrio Las Flores. “Pocho” subió a los techos. Dos policías bajaron de un móvil. “¡Paren de tirar, hijos de mil p****, hay chicos acá!” fueron sus palabras antes de que la munición lo impactara.

Posteriormente se realizó una investigación que determinó que el policía que terminó por ahogar la voz del ángel fue Esteban Velásquez, quién se excusó en los balazos recibidos por el coche, pero se demostró que ninguno venía de altura, como el uniformado aseguró. Fue condenado a 14 años de cárcel, de los que sólo cumplió nueve. También se demostró que los orificios de bala que tenía el móvil fueron realizados desde el suelo para simular un enfrentamiento. Otros oficiales fueron condenados por encubrimiento de los sucesos. También están todos libres.

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