El hombre que trabajaba para el cartel de Medellín, la CIA y la DEA.

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En el marco del libro escrito por Juan Pablo Escobar, hijo del narcotraficante Pablo Escobar precisamente en el capítulo 1 se detalla la relación entre el piloto estadounidense y su jefe, el delincuente más temido de la historia.

La historia revela que Pablo Escobar para engañar a las autoridades era muy hábil y para ello conto con la complicidad de Barry Seal, un excelso piloto de avión que colaboraba curiosamente con el cartel, la DEA y la CIA .Es decir, jugaba para todos las partes posibles

En las páginas 20-21-22 se detalla como comenzó y termino al colaborar con la CIA y la DEA.

Adler Berriman Seal, fue asesinado por orden de mi padre, en venganza porque en 1984 tomo varias fotografías en las que se ve a mi padre y a Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mexicano”, cuando ayudan a cargar cocaína en una avioneta en una pista de aterrizaje en Nicaragua. Esas imágenes son la única prueba existente hasta hoy que relaciona en forma directa a mi papa con el tráfico de estupefacientes.

Adler Berriman Seal, quien prefería que le dijeran Berry Seal, fue un reconocido y joven piloto estadounidense que trabajo para varias aerolíneas comerciales y tuvo la osadía de ser al mismo tiempo agente encubierto de la CIA, informante de la DEA y piloto de mi padre en los primeros años de la década de los ochenta, en la época dorada del cartel de Medellín.

Después de varios años como piloto comercial, Seal ayudo a la CIA con vuelos ilegales que entraron a Estados Unidos cargados con heroína para financiar diferentes conflictos en el mundo, principalmente en operaciones anticomunistas. Pero la ambición lo llevo muy pronto a la cárcel: en 1979 fue detenido en Honduras acusado de tráfico de drogas .Permaneció nueve meses en una cárcel de Tegucigalpa donde conoció al piloto colombiano William Rodríguez, quien le propuso trabajar para el Cartel de Medellín.

A los 24 años de edad, Seal fue el piloto más joven en Estados Unidos en volar en solitario para la aerolínea estadounidense TWA.

La colaboración de Seal con la DEA inicio con un primer episodio que solo se sabe ahora: se le ocurrió proponerles a los capos del cartel de Medellín que los ocultaría en su casa de Baton Rouge, Luisiana, con el argumento de que estarían más seguros en territorio estadounidense que fuera de él. La audaz iniciativa incluía el vuelo en su propio avión. La propuesta fue planteada por Seal en una cumbre mafiosa en Ciudad de Panamá y al comienzo tenía tanta lógica que varios de ellos llegaron a considerarla seriamente. No obstante, la esposa de uno de los capos, cuyo nombre no estoy autorizado a mencionar, intuyo que Seal les estaba tendiendo una trampa .Ella tenía razón y tiempo después se sabría que en realidad Seal pretendía llevar a todo el cartel en un solo vuelo y entregar a los capos para cumplir su pacto con la DEA.

El foco de los agentes estadounidenses se concentro entonces en mi padre y “el mexicano”, quienes fueron rastreados en Nicaragua cuando se reunían con enlaces del régimen sandinista para organizar el envío de cocaína desde suelo nicaragüense hacia las costas de La Florida.

La estrategia estadounidense

Fue así como los norteamericanos montaron una temeraria operación en la que Seal pilotearía un avión con una potente cámara fotográfica oculta en el fuselaje. La idea era probar los nexos del régimen sandinista de Nicaragua con la mafia colombiana.

La cámara de fotos en el avión

La historia de esta compleja trama es así: los agentes secretos y Seal concluyeron que la manera más creíble de realizar el montaje era venderle un avión militar a mi padre, pero se encontraron con un obstáculo porque ese tipo de aeronave no tenia catalogo y por lo tanto no era posible comercializarlo. Entonces optaron por tomarle fotografías y publicar un aviso clasificado en una revista especializada en avión .Mi padre se trago el anzuelo y cuando se reunió con Seal y este le mostro la publicación, mi padre le dijo que lo comprara porque ese era el tipo de avión que necesitaban para traficar desde Nicaragua.

Una vez recibió un potente turbo hélice C-123, Seal lo bautizo “The fat lady”-la señora gorda-, pero debió reparar la rampa de acceso porque no bajaba bien. Luego, un técnico enviado por la CIA instalo la cámara dentro de un cajón en la parte superior derecha de la entrada trasera del avión, pero tenía el grave inconveniente de que el control remoto era muy rudimentario y la obturación del botón para tomar fotos producía un clic muy ruidoso.

Por tanto, la única manera para que mi padre y quienes estaría con el no descubrieran la maniobra, era manteniendo encendidos los motores de la aeronave.

Así, en la noche del 25 de Mayo de 1984, Seal aterrizo y le ordeno a su copiloto acelerar a fondo mientras él buscaba el momento adecuado para tomar las fotografías. Molesto por el ruido, mi padre le pidió a Seal que apagara los motores, pero este respondió que no podía hacerlo porque se habían producido algunas fallas técnicas que hacían riesgosa la salida .Mi padre entendió la explicación.

Finalmente, Barry Seal tomo a escondidas las reveladoras imágenes que captaron el instante preciso en que mi padre, “El Mexicano” y Federico Vaughan, un funcionario de alto nivel del Ministerio del Interior de Nicaragua, colaboraban con varios soldados nicaragüenses para subir cuatro tulas que contenían seiscientos kilos de cocaína.

Era el primer cargamento que enviaba desde la pista de aterrizaje del pequeño aeropuerto de Los Brasiles, situado no lejos de Managua, la capital de nicaragüense. Seal aterrizo esa misma noche en el aeropuerto de la base aérea de Homestead, en el extremo sur de La Florida.

El contexto en Colombia

En aquel entonces mi padre y “el Mexicano” eran prófugos de la justicia de Colombia, donde los buscaban para responder por el asesinato del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, ocurrido el 30 de Abril de 1984.

La secuencia fotográfica en la que aparecen mi padre y “el Mexicano”  fue publicada a mediados de julio siguiente en varios periódicos de Estados Unidos .El documento grafico era incontrovertible, pues habían encontrado a mi padre con las manos en la masa. Barry Seal lo había traicionado y ello le costaría la vida.

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