La pandemia de coronavirus trajo consigo diversas consecuencias. Tanto en materia política cómo económica. Sin embargo uno de los sectores afectados es también el de los trasplantes: la cantidad de donantes por cada millón de habitantes bajó a 7.93 cuando en 2019 alcanzó una tasa de 20.
Según los datos de la OMS, más de 1.500.000 personas viven con un órgano trasplantado en todo el mundo. Dando a entender que la situación es una realidad.
En este sentido, durante el período comprendido entre el 20 de marzo y el 27 de octubre 522 pacientes en lista de espera recibieron un trasplante de órganos. En total se realizaron 298 trasplantes renales, 134 hepáticos, 46 cardíacos, 20 reno pancreáticos, 11 pulmonares, 8 hepatorrenales, 2 cardiorenales, 2 pancreáticos y 1 intestinal. Se realizaron además 217 trasplantes de córneas.
¿Y por qué hay tan poco trasplantes hoy en día?
Las causas responden a las condiciones de aislamiento, los cambios en los requisitos para acceder a servicios médicos, la suspensión o disminución de traslados internos y la disponibilidad de camas en terapia intensiva, entre otras.
En cuanto a los pacientes trasplantados y en tratamiento, su situación se ve gravemente afectada por las restricciones de circulación, el miedo al contagio y/o la dificultad para realizar la consulta con el equipo médico tratante.
Además, se han complejizado los procesos para acceder de forma eficiente a los tratamientos y a la medicación, poniendo en riesgo su salud.
Es decir, la interrupción del tratamiento en estos pacientes podría devenir en un rechazo del órgano y volver nuevamente a lista de espera.